No voy a cambiar, solo porque decidas irte.
No voy a cortarme el pelo,
ni a teñirme de otro color,
para sentirme más guapa,
para convencerme de que el cambio empieza ahí.
No dejaré de comer,
no voy a saltarme comidas,
no usaré el hambre como autocastigo,
no castigaré mi cuerpo por ti.
No voy a correr.
No voy a huir.
No voy a empacar mi vida en una maleta,
ni cambiaré de ciudad
para dejarte atrás.
No voy a cambiar.
Cambiar sería decirme que no fui suficiente
con lo que soy hoy,
con lo que me he construido a lo largo de los años.
Y lo fui.
Lo soy.
—Me gusta como soy.
No voy a cambiar, solo porque decidas irte.
No voy a cambiar ni una de mis pestañas,
ni mi ropa,
ni mis miedos.
No voy a salir a buscar ruido,
ni a postear historias para que pienses que ya estoy bien.
No necesito probarte nada.
No voy a escribirte poemas para que vuelvas.
Que la buena poesía nunca trajo a nadie de vuelta.
Pero tampoco dejaré de escribir,
porque tú no vas a desconectarme de mi propósito.
No vas a robarme eso.
Entonces no.
No voy a mirarme al espejo con rabia,
como si mi cuerpo tuviera la culpa.
No voy a cerrar mi corazón,
aunque hoy esté cansado,
porque tengo un corazón bonito,
que merece volver a querer
y también merece que lo quieran.
No voy a cambiar lo que soy,
ni a preguntarme por qué,
qué me faltó,
qué pude haber hecho,
o por qué no fui suficiente,
porque lo soy.
No voy a cambiar.
Me quiero así.
No mejor,
no peor,
exactamente yo.
No voy a cambiar, solo porque decidas irte.
No voy a violentarme.
No voy a lesionarme.
No hay nada malo en mí.
Soy perfecta y no es mi culpa
si tú no lo puedes ver.
• ©️✍️ Is González - Escritora Mexicana
ᴺᵒ ᵇᵒʳʳᵉˢ ᵉˡ ᵃᵘᵗᵒʳ